Una senda más transitable

 

¡¡¡Buenas noches, familia!!!

 

Como cada martes millones de gracias por seguir acompañándonos, recomendando, compartiendo…todo lo que hagáis os lo agradezco de corazón.

Os cuento por si alguno no lo ha visto, que en el perfil del instagram @ununicorniobrillante tenéis una carpeta de destacados donde voy subiendo vídeos de los pasitos en su recuperación que ha ido dando Aitana durante este tiempo. Por lo tanto, podéis echar un ojillo cuando queráis, y en algún post también subo cosillas de su recuperación.

 

Verano 2020….

Con el dafo empezábamos a notar como mi niña aguantaba un poquito más de pie, le daba estabilidad a la pierna. Es verdad, que la fisio nos recomendó ponerla de pie también sin el dafo para ir trabajando los músculos de esa pierna, ya que el dafo tenía la parte buena pero es verdad que no dejaba a los músculos trabajar y era necesario que también se trabajasen.

Así que íbamos alternando las dos cositas, siempre respetando lo que ella quería porque no podíamos forzarla y que luego quisiera dejar de hacer cosas aunque la verdad que siempre nos lo ha puesto muy fácil y ha querido trabajar mucho.

La heridita del muñón por el puntito le fue sanando como debía, a los dos o tres diítas ya tenía su costrita y no se le cayó hasta unos 9 días después, es verdad que volvió a salirle otra costrita mucho más pequeña posiblemente porque no se le cayó sola sino que se le engancharía, pero no hubo problemas, en un par de días o tres se le cayó.

Así que pudimos armar nuestra piscina y pudimos volver a ponerle el liner para que el muñón volviese a coger su forma.

Una vez que armamos la piscina empezamos a jugar con ella haciendo que se mantuviese de pie dentro para que apoyase el pie entero y no le costase. Aparte que nadase, para coger fuerza en las piernecitas, pero no todo iba a ser ejercicio, también disfrutamos. No conseguimos evadirnos del todo para que engañaros, pero es verdad que conseguimos desconectar un poco y descansar, que la verdad se necesitaba.

 

Un par de semanas después, volvimos a Madrid. Aitor quiso quedarse allí con los abuelos, mi niño necesitaba también esa desconexión y le venía genial quedarse. Así que se quedó eso si avisándonos de que en cuanto su hermana tuviese la piernecita lo primero que teníamos que hacer era enviarle un video. Y así nos fuimos. Esta vuelta no es ni por asomo la de los últimos años, el de volver a la rutina y adiós a las vacaciones, no. Esta vuelta estábamos deseando hacerla.

Tres días después íbamos camino a la ortopedia. Es imposible expresaros con palabras lo que significaba ese día para nosotros, para mi niña. Ella iba puf contentísima, con una energía impresionante….

Al llegar, entramos en una sala diferente a la que íbamos siempre. Esta sala tenía las barras para que la niña pudiese sujetarse.

Cuando entró el ortopeda con la pierna todos los nervios de ese día empezaron a disolverse. Ya estaba ahí, por fin 8 meses después volvería a ver a mi hija de pie, podríamos empezar a ver la luz de este horrible túnel. Nos enseñaron a ponerle la pierna, bueno más bien al papá porque yo ya estaba con una emoción que ni podía ver.

La pusieron en las barras para ver que estaba bien nivelada con su altura, que no había ningún tipo de fallo.

Cuando vi a mi niña caminar…. Tuve dos sentimientos…. Uno por supuesto es alegría, alegría porque mi hija por fín podría volver a andar, podría caminar dándonos la manita, podría volver a verla andando por casa y la verdad que nos sorprendió, no esperaba verla andar tan bien tan rápido. Mi cara era un mar de lágrimas y el cuerpo como un flan, los ortopedas lo veían y solo podían decirme ya está, mírala está caminando, con soltura, este es el principio del fin.

El otro sentimiento fue un golpe de realidad…. Bueno no es sentimiento como tal, pero tuve un golpe de realidad. Sabía que mi hija estaría el resto de mi vida con una prótesis y también que gracias a la prótesis ella podría tener una vida más o menos normal, aunque en el fondo siempre habrá diferencias en su vida respecto a la de otros niños eso es más que evidente. Pero verla andar con ella… pensar que toda su vida dependería de eso… de un trozo de metal que sabíamos que si no la tenía estaría en una silla de ruedas, al menos por ahora.

Mi princesa estaba muy contenta con su pierna y encima ¡¡se la pusieron rosa!! Hasta que tuviese la definitiva. Así que bueno tras unos retoquitos nos marchamos a casa.

Esa tarde fuimos a la rehabilitación, la primera tras las vacaciones y claro nos costó 10 minutos entrar porque todos se paraban a ver la pierna chula de mi princesa. Ella tenía claro lo que quería hacer…. Cuando estábamos ingresados, la primera vez que bajó al gimnasio quería subir por unas escaleras pequeñas que había…. Fue impensable claro, después las medio subió con ayuda pero ese día ella quería subirlas porque ya tenía pierna para hacerlo.

El rehabilitador estaba ese día allí también, porque le dije que iríamos con su pierna. Y bueno para él no fue sorpresa ver a la niña andar así de bien, subir las escaleras…¡¡el primer día!! Estaba claro que era toda una guerrera. Yo por supuesto seguía llorando…. Ellos ya me conocían y por supuesto entendían que estuviese así y siempre han cuidado de mí también, no solo de mi niña.

Ahora enseñarían a la niña el manejo, todavía le costaría porque la pierna pesaba un poquito y ella tenía que fortalecer piernas. Y seguiríamos revisando la otra pierna, lo primero era despegar el tendón y fortalecer la pierna también, y eso llevaría su tiempo.

Así que habían sido meses muy largos, pero por fin veíamos un poquito de luz, el camino todavía sería largo pero estábamos empezando a andar por una senda algo más agradable, aunque piedras seguro que saldrían algunas por el camino pero nosotros superaremos todas las que se nos pongan por delante.